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PIRATAS, BUCANEROS, CORSARIOS Y FILIBUSTEROS*

PIRATAS, BUCANEROS, CORSARIOS Y FILIBUSTEROS*

Estaba escuchando una vez más las excusas y balbuceos de Mª Dolores de Cospedal, secretaria general del PP,  con respecto a los "presuntos" casos de corrupción de Baleares y el sumario Gürtel y no he podido evitar pensar si también ella y el Sr. Rajoy "el silencioso", serían capaces de distinguir entre piratas, bucaneros, corsarios y filibusteros.

No era lo mismo piratear solo en beneficio propio que hacerlo bajo una bandera de conveniencia, a la que, por supuesto, había que pagar parte de los beneficios que se obtenían de las rapiñas a barcos y costas. Los corsarios, además, tenían contratos con los patrones de los barcos en los que navegaban. Había pues notables diferencias entre unos y otros y aunque el fin fuera el mismo, enriquecerse a costillas del prójimo, las maneras de hacerlo les daba a unos cierta legalidad dentro de algunos estados.

Durante muchos años desde que comenzó este remedo de democracia, los casos de corrupción han salpicado a unos y otros de manera desigual, pero en cualquier caso, como en la piratería, los perjudicados hemos sido los mismos, los contribuyentes y los posibles beneficiarios del rédito de nuestros impuestos, al ver como de una manera más o menos descarada, se han ido detrayendo de nuestro dinero, el de todos, grandes cantidades destinadas a satisfacer la avaricia y ambición de unos cuantos. Y desde los partidos políticos, como banderas de conveniencia bajo las que navegar, se sigue haciendo distingos entre presuntos y juzgados con unos argumentos vergonzantes, que lo único que están produciendo es  que los políticos en general sean una clase social cada día más denostada e incluso despreciada, como si querer dedicarse a la política dejara fuera el idealismo, para ser solo intereses espureos lo que mueve a las personas a esta dedicación.

Y mientras cientos de barcos cargados de oro partían de las Indias, que diez o veinte fueran saqueados era prácticamente irrelevante, pero cuando empezaron a escasear los beneficios de las expoliaciones a los territorios de ultramar, la piratería comenzó a considerarse verdaderamente peligrosa y los estados tuvieron que comenzar a poner las medidas necesarias para que aquella actividad terminara. Pues así está ocurriendo con los casos de corrupción que salpican todo el territorio del estado español, en Baleares el Palmarena, en Aragón el Molinos, en Valencia y Madrid el Gürtel, en Catalunya  el  Pretoria etc. Hasta hace bien poco, estos casos de corrupción,  no afectaban apenas a los partidos a la hora de las elecciones, todos "atábamos los perros con longaniza" y muchos pensaban que llegado el caso harían lo mismo, sin embargo la crisis nos ha puesto  en nuestro sitio y los ciudadanos de a pie ya no atan nada  y les cabrea cada día más comprobar como son engañados por los administradores que han elegido en las urnas, que a base de eventos, macro proyectos, festorros, viajes y otras bagatelas, nos estafan usando nuestro dinero a su antojo y en muchos casos dejando en sus bolsillos lo que debería retornar a los nuestros a través de acción social, infraestructuras, educación, sanidad, etc.

Por otra parte, hemos vivido los años de la abundancia también en las administraciones publicas, que con permutas, cambios y especulaciones de variado genero, han llenado unas arcas en las que había tantos agujeros que ahora, vacías, no son capaces de llenar ni con nuevas subidas de impuestos, ni con deudas publicas, ni con ninguna de esas artimañas a las que nos tenían acostumbrados.

Hay que regenerar la vida política, la cosa publica, hemos de evolucionar hacia nuevas formas de administrarnos, renovar, sin miedo, la manera de gobernarnos, que la responsabilidad que todos tenemos en nuestras profesiones, también llegue a los políticos y que dejen de ser caciques, nobles indolentes, que nos mandan a su antojo, a su capricho momentáneo, viviendo fuera de una realidad que nos obliga a todos, menos a ellos.

No es solo las corrupciones lo que esta deteriorando nuestro sistema, aunque estas sean tan graves y tan profundas que hacen llegar su gangrena hasta los cimientos mismos de la sociedad, pero hay que plantearse que funciona mal en nuestros gobiernos para que se puedan producir y tal vez lo primero sea la desmesura y el agravio comparativo entre ser un ciudadano de a pie y un político electo. No debería haber diferencia ante las leyes entre uno y otro, es más, por su carácter publico, son los políticos los que tendrían que ser un ejemplo de transparencia y buen hacer para luego poder legislar normas que sancionen a los ciudadanos. No tiene sentido que desde los parlamentos se produzcan leyes que no cumplen los que las elaboran.

Mucho y largo se tendría que debatir y hablar sobre estos temas y yo, como humilde articulista de este Blog, solo puedo dejar mi opinión al respecto, porque desde luego no he oído, ni leído que en los partidos institucionales se este dando este debate, más bien al contrario lo único que se oye y se ve son excusas, balbuceos y mucho tragar saliva. Puede que para ellos sea la solución, el dejar pasar el tiempo para que nos olvidemos de estos asuntos, pero para nosotros, los que de verdad queremos hacer política para mejorar la calidad de vida de nuestros conciudadanos, los que queremos que el mundo sea mejor cada día, no nos valen sus evasivas y subterfugios. Queremos la verdad y que los que han transgredido la ley paguen por ello como cualquiera, si no es así esto no solo no tendrá una solución verosímil, sino que nos puede llevar a situaciones de las que luego todos nos tendremos que arrepentir.

Pardina Baxa

*Bucanero: Pirata que en los siglos XVII y XVIII saqueaba los barcos y territorios españoles en América

*Corsario: Se dice de los tripulantes de la embarcación que, en virtud de contrato estipulado con el estado bajo cuyo pabellón navegaban atacaban a barcos mercantes de otros países

*Filibustero: Pirata del mar de las Antillas que en los siglos XVI-XVIII saqueó las colonias españolas de América

*Pirata: Persona que asalta y roba embarcaciones en el mar.
Persona que saca provecho del trabajo de los demas, que se apropia de obras ajenas

* Diccionario Enciclopédico Larousse

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