PALABRAS

 

Hay ciertas palabras que en si mismas contienen muchos significados, depende de quien, como y de qué manera se digan o se escriban, en que contexto se encuentren e incluso la intención ultima y oculta de quien las usa. Uno de estos casos es desmoralizar.

Para muchos, su significado, es la  manera de expresar tristeza, desanimo y falta de valor, para otros puede significa quitar del medio la moral, ya sea publica o privada, dejando el decoro y la honorabilidad en segundo plano. Para mí, ahora, significa el rumbo que ha tomado la sociedad, donde la falta de moral de sus dirigentes, su falta de honestidad como gerentes de nuestra administración, nos esta llevando a una debacle económica y social de magnitudes todavía sin cuantificar.

Aquí no se duda de la honradez de nadie, aunque como bien se dice “la mujer del cesar.......”, se duda de las ganas de trabajar por el progreso de una sociedad, llevándonos hacia un mundo que más se parece a los siglos XVI-XVII, donde el absolutismo real y las donosuras de los nobles, llevaron a los pueblos llanos a miserias y hambrunas que desembocaron en la ilustración y en la instauración de los nuevos regímenes.

Estos días vamos viendo numerosos ejemplos, empezando por lo más cercano, como puede ser el despilfarro y soberbia del gobierno municipal en  Zaragoza, hasta algo  más lejano, como es los encuentros en partidas de caza de los nuevos nobles, políticos y jueces. Desde las corruptelas relacionadas con el urbanismo,  hasta los derroches de nuestros próceres, en general.

Como colofón a este descontrol, a esta situación en la que los trabajadores y pequeños empresarios, estamos siendo los paganos y las victimas mientras que, quienes nos han llevado a esta crisis estructural tienen ayudas millonarias por parte de los estados, con nuestro dinero, nos desayunamos con las declaraciones del presidente del banco de españa, con su traje de 3000, con su coche oficial, con su sueldo millonario, en las que dice que la solución (oh¡¡¡¡¡) es abaratar el despido. Venga pues, abaratemos el despido para que las grandes empresas puedan despedir a los trabajadores, puedan vulnerar sus derechos y además volver a contratarlos con sueldos y contratos de miseria.

Y, ¿esto es lo más intelectual que puede ofrecernos este señor, al que pagamos entre todos y se supone, se supone, es un profesional brillante y competente? ¿esta es la solución que nos dan quienes han dejado que la economía llegara a estos extremos de degradación moral?

No hay soluciones mágicas, ni en esto ni en nada, pero como parece que aun no somos lo suficientemente sumisos e idiotas, nos proponen seguir pagando la crisis y vamos, como si fuéramos mentecatos, que los pobres financiemos a los ricos. Y así esta sucediendo, las pequeñas empresas son las más afectas por la morosidad, ya que las grandes están reteniendo pagos para no tener que asumir riesgos crediticios, mientras que los pequeños, si quieren seguir comiendo, tienen que aceptarlos. Y, los gobiernos, el central, el autonómico, solo miran a las grandes compañías para arrodillarse y avalar con nuestro dinero, operaciones que nadie sabe como terminaran y si usted quiere que le ayuden vaya al ICO, como si esto fuera un regalo.

 

 Necesitamos la regeneración de la vida política y económica, exigimos esa regeneración como única forma de salir de esta crisis, debemos reclamar que quienes nos representan y administran nuestros impuestos, sean honestos, honrados y respetables, que quienes forman parte de la clase política tengan claro que están ahí para servir al pueblo y no al contrario. Es urgente abrir un debate en toda la sociedad, un debate que nos permita crear una nueva sociedad, más justa, más equilibrada, donde la justicia social y el reparto de la riqueza sea equitativo entre todos, sobre todo entre los mas desfavorecidos. Ese tiene que ser nuestro objetivo, si  logramos entre todos crear este movimiento de cambio de las estructuras sociales y políticas, con la sinergia suficiente para llevarlo hacia delante, nuestra sociedad podrá superar este momento de crisis, es labor de todos y todas.

Araceli