Castanesa, el eterno dilema
El mismo día que nos advierten de la necesidad de efectuar drásticos recortes en el gasto público, nos anuncian desde el Gobierno de Aragón, la redacción de un nuevo mega proyecto para nuestras montañas. Parece que los gobernantes en este país no son capaces de hacer nada que no signifique la detracción de cientos de millones de euros para empresas de dudosa finalidad y que, por la experiencia de otros similares, nos demuestran una vez más, la sinrazón de pretender seguir tirando de nuestra economía a través de la construcción, la especulación del suelo y las inversiones millonarias, con el pretexto de conseguir desarrollos socio-económicos en zonas deprimidas.
Castanesa, es un ejemplo más del eterno dilema que se produce en el tratamiento de nuestras montañas.
Los que conocen de cerca estas comarcas, en las que el turismo de nieve es una de las patas de su sustento económico, saben a la perfección, que la brevedad de la época de ski, la climatología y ahora la crisis económica e inmobiliaria, hacen que esta actividad sea insegura y bastante exigua a la hora de ver de un modo fehaciente la riqueza que genera, sobre todo, si tenemos en cuenta los recursos públicos que se invierten en ella.
Alrededor de las pistas de ski actuales y durante todo el boom inmobiliario, hubo una creación de puestos de trabajo dedicados principalmente a la construcción y que complementaban los ingresos de las economías familiares, se han construido centenares y centenares de viviendas, como quieren hacer en Castanesa, urbanizaciones que durante grandes épocas del año están prácticamente vacías, con lo que hay veces, que los pueblos parecen fantasmas, destrozando en muchos casos los cascos históricos, el encanto de nuestros lugares, encajando entre casas tradicionales edificios de altura y macro urbanizaciones que han alterado gravemente los alrededores de las poblaciones. Los puestos de trabajo que generó la construcción ya se han destruido, los apartamentos y los chales ya no se venden, pero el destrozo medioambiental y ecológico ya está hecho y no hay quien lo remedie.
Ejemplos de esta sin razón se pueden encontrar desde el valle del Aragón hasta Benasque, pero por proximidad podría hablas del complejo hostelero de Latas, las urbanizaciones de Panticosa o los destrozos de Formigal
¿Es pues la respuesta al dilema del turismo, la construcción de grades complejos urbanísticos?
Desde mi punto de vista, no.
La construcción ha dado un respiro a la economía tradicional, pero ha sido una actividad de corto recorrido, con lo cual volvemos a estar en el punto de partida a la hora de establecer soluciones para estas comarcas.
Como políticos, tendríamos que enviar un claro mensaje: es necesario el desarrollo equilibrado y vertebrado de todo Aragón por igual, para el asentamiento de población en todas las comarcas y la revitalización de la vida rural, es necesaria una ley de las montañas para todas las montañas de Aragón.
Si todos somos iguales ante la ley, con los mismos derechos y obligaciones, nuestro deber es luchar porque todos los aragoneses y aragonesas tengamos las mismas oportunidades a la hora de acceder a la sanidad, la educación, la justicia, etc.
Por lo tanto, el desarrollo socio-económico es fundamental para establecer crecimiento demográfico y este es la base para la creación y acercamiento de los servicios públicos y privados, de las infraestructuras y la calidad de vida.
El turismo debe ser una de las bases de este desarrollo, pero debe de serlo de un modo racional y sostenible.
Tenemos que hacer bien las cosas, buscar un crecimiento más sostenible con nuestros pueblos que se adapte a nuestra idiosincrasia, que sea más lento pero respetuoso con el medio ambiente.
Hay que contar y escuchar a los ciudadanos que viven en estos territorios, porque deben ser ellos los principales destinatarios del beneficio que se pretende obtener.
Se debe tener muy presente que los recursos son limitados, que no es lo mismo proveer de agua corriente y vertido a 200 personas que a 4000 o 6000, así se detraen recursos hídricos para las actividades tradicionales y se deterioran ríos y riberas, ya que las depuradoras que se están poniendo en el Pirineo son escasísimas.
Creemos que la apuesta debería ser de más largo recorrido: especialización y diversificación
Apostar por un turismo de alojamiento, apoyar la creación de Casas Rurales y de hoteles de calidad, con las infraestructuras necesarias.
Apoyar las economías tradicionales, dándoles un valor añadido como forma de vida, que también signifique un atractivo turístico.
Recuperar los trabajos artesanales y apoyar el establecimiento de artesanos. Crear espacios culturales, ligados al Patrimonio etnológico, cultural y lingüístico, que sean capaces de atraer artistas que se instalen, provisional o definitivamente, en nuestros pueblos, capaces por su oferta de atraer un turismo de calidad.
Especializarse en aspectos relacionados con la cultura, los libros, la música, lugares para la expresión artística, para la realización de jornadas, congresos, festivales.
En conclusión, crear economía sin perder nuestras esencias, que los ciudadanos puedan vivir con calidad de vida sin ver gravemente alterado su “modus vivendi”, ni los espacios naturales.
Lo contrario, las excavadoras, los telesillas, los complejos mega-urbanísticos, pueden ser flor de un día, enriquecimiento para unos pocos y generar perdidas que luego resultaran irreparables y tenemos que acabar asumiéndolas todos.
Podemos hacer bien las cosas, todavía estamos a tiempo, pero hemos de ser las aragonesas y los aragoneses, los que lo manifestemos, los que exijamos que la respuesta al dilema sea coherente, transparente y respetuosa, de otro modo seguiremos penando por la opacidad, la especulación, el ocultismo y el derroche del erario publico.
Pardina Baxa
2 comentarios
pardinabaxa -
Marieta -
Felicidades por el artículo